El guardián del interior...

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Mi alma enmudeció.

Estuvo escuchando el aura de los dormidos, contempló la mirada pasiva, la indiferencia ante la injusticia...  y después entristeció.

Se cerró una puerta que aun no se había abierto por completo. Un lugar que ya no podrás traspasar.

Podríamos decir que los amigos son como las llaves que portas cada día contigo.

 Siempre hay mas de dos, pero solo algunas pocas son ¨llave maestra¨

Esas que no admiten copias ni falsificaciones.

 Si una de ellas se pierde, todas las puertas que esta  abría permanecerán cerradas para siempre...

Se que aparecerán algunas nuevas con el paso de los años, pero jamás podrán reabrir las risas , las lágrimas , las alegrías, las conversaciones vividas...esas se perdieron con la llave extraviada.

Esta reflexión es para cada una de esas llaves que me escuchan, me valoran, me aportan, me respetan, me cuidan, me aman...

Os cuento que en mi interior existe un celador, un guardián, de este maravilloso tesoro que sois vosotros. Que día a día , revisa cada llave, las pule, las engrasa. Se asegura de que mientras no estéis a mi lado permanezcan vuestras estancias caldeadas si hace frió, iluminadas en la oscuridad, ventiladas si el polvo traspaso. Con la banda sonora que nos une, recordándome vuestro nombre cuando  se manifiesta ante mi vuestra presencia en forma de olores, sabores, objetos, sensaciones,  canciones...

Es el  guardián mas atento y perspicaz. El que me proporciona la energía en los días triste con nuestros momentos vividos. Jamas se olvida de los detalles, e incluso es capaz de recordarme tu nombre cuando tu energía en la distancia afloja. En ocasiones estoy contigo antes que me lo cuentes.

El guardián, se acerca a tu puerta y la abre para que mi energía vaya en tu busca.
Y cuando el momento lo requiere desecha alguna, o me hace creer que la pierde. Aunque entiendo que algunas se pierden porque quieren, o simplemente porque nunca estuvieron preparadas para ese lugar.

Enmudecí con la ultima llave perdida,  parte de mi mundo se desestabilizo, aunque  gracias a vuestro recuerdo se reconstruyó poco a poco un nuevo amanecer.

Y así comprendí que aquella llave no tenia cupo en mi interior.

Aunque fue breve, las perdidas siempre son algo tristes.

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Hoy doy gracias por las llaves comunes, por las llaves maestras y por las llaves perdidas..

todas ellas me enseñan  algo nuevo cada día..soy muy afortunada.

                                               Sabawona

Indhira R.