Siempre deberíamos tener 15 años...
Y en contadas ocasiones aceptamos las cosas por comodidad, nos volvemos indiferentes ante aquello que no nos gusta.
En los primeros años de juventud te rebelas ante todo, nunca te conformas, preguntas, exiges, compartes, debates, cuestionas todo aquello que no comprendes o ignoras.
Pero mientras va pasando el tiempo, y tus fuerzas flaquean, dejas de asumir tu papel de adolescente, para volverte supuestamente adulto. Queda en tu memoria la divertida " edad del pavo".
Pero es uno de los mayores errores de tu vida.
Jamás deberías perder el sentido de la rebeldía, hay que alimentar lo bueno de la adolescencia año tras año, y junto con la experiencia que adquieres mientras eres adulto, tu inconformismo se transforma en sabiduría cotidiana.
Esa faceta juvenil, es la que te permitirá sentirte vivo, te llevara a situaciones deseadas y te ayudara tanto a tener éxito como a fracasar. Ambas son necesarias para el crecimiento personal y no se da una sin la otra.
Mi propósito de hoy era regalarte el recuerdo de encontrarte nuevamente en tu juventud, de que aproveches tu madurez sin olvidar tu estado de adolescente.
Hoy mas que nunca me despido con un tiron de orejas...
Sawabona
Indhira R.
