Normalmente un directivo de una gran
empresa consigue el cargo al pasar varios años en ésta, después de haber
estudiado una carrera con una duración determinada, y siempre y cuando haya
realizado prácticas en una compañía de cierto renombre. Entonces después
de culminar un trabajo bien hecho, se le otorga como ”recompensa’’, a su labor,
agradecimiento o muestra de confianza,
un puesto de grado superior.
Pero, ¿ tenemos claro en España
cómo alguien se convierte en líder? ¿Cómo una persona “anónima” pasa a
ser un gran directivo? ¿Cómo deberían iniciarse estos al tan esperado
ascenso?, o ¿Cual es la manera correcta de comenzar el primer día como encargado,
jefe o director de un departamento?
Muchas de las empresas españolas no
conciben que un buen directivo necesita una formación adecuada. No todo es
innato, ni todos se desenvuelven igual.
Esa etapa llena de responsabilidades,
alegrías, decisiones trascendentales y una pronunciada curva de aprendizaje, no
se tiene en consideración a la hora de dar un cargo de jerarquía superior.
Pues ahora el trabajo que
realizará se va a centrar menos en la parte técnica de sus tareas anteriores, y
más en el área de organización de equipos, relaciones públicas, consejero,
motivador de personas, ejemplo a seguir. Esta vez permanecerá muchas horas en el
ordenador, o estará hasta altas horas de la noche redactando informes, buscando
soluciones, etc. No va a solucionar nada. Ahora llega el momento de delegar, de
formar un equipo para el bien de la empresa y los propios trabajadores.
Hay que tener claro que las personas
son la parte MÁS importante de una organización. Que la sostenibilidad de
las empresas se rige por su innovación, por su talento y la inteligencia colectiva
de las personas que la forman. Y, está claro que para esto debe existir la
figura de un directivo motivador, entusiasta, y con muy buenas dotes de liderazgo.
Los departamentos de RRHH de las
empresas españolas deberían mirar con una lupa distinta las relaciones con los
directivos, aportando una serie de cursos de formación de cómo ser un buen líder, recordando que la persona que ahora dirija al equipo puede que no esté preparada para asuntos que hasta ahora no le competían. No podemos olvidarnos
de eso, ni pensar que esas cualidades salen con el paso del tiempo.
Sin una buena base de liderazgo estamos hablando de la ...
crónica de una muerte
anunciada.
Una
empresa con visión de futuro debe tener muy claros los aspectos de la
motivación, el reconocimiento y la confianza entre sus empleados y directivos.
Esta será la única manera de
crecer de una forma sana y duradera en el mercado.
IndhiraR