Este fue el ejemplo que mi amigo utilizo para hablarme de la vida, de nuestro no saber qué hacer en determinados momentos, y la manera en que vemos desde el punto más optimista y desde el más pesimista las situaciones que nos van sucediendo día a día.
En la vida estamos en una partida constante con nuestro propio yo y un rival sin determinar.
A veces creemos que el juego es contra un jefe, un amigo, un amante o contra un futuro incierto.
No confiamos en una partida en la que si la reina cae podríamos ganar.
Hasta que punto depositamos nuestra confianza en ella?
La esperanza de saber que podríamos recuperarla muchas veces desaparece de nuestro pensamiento, sin tener en cuenta que nuestra fuerza e ilusión es mucho más fuerte que la derrota de una sola pieza.
Lamentablemente no creemos lo suficiente en nosotros mismos, y por ellos dejamos nuestra felicidad en manos de una pieza.
Si hiciéramos memoria comprobaríamos que en nuestra niñez existía un sentimiento llamado ilusión, eso que nos movía a realizar actos de obediencia y desobediencia con la misma rapidez .Que aun con todas las negativas de nuestros progenitores, creíamos que era posible. Soñábamos más despiertos que dormidos.
Si, está claro que las adversidades que pudiéramos sufrir de pequeños no son comparables, en muchos casos, con las que sufrimos ahora.
Pero realmente las que se nos presentan ahora son tan graves?
Hoy tengas el problema que tengas no puedes pensar que tu partida ya este escrita. Que tus peones no pueden ganar la jugada. Que solo aquel que nace reina es importante?, siempre un peón puede valer lo que una reina.
Los sueños están para cumplirlos y la ilusión para llevarlos a cabo
Y por qué deberíamos renunciar a los sueños por esas adversidad-es?
Porque deberíamos conformarnos con estar viv@s, aunque solo físicamente?
Cada día que pasa sigo comprendiendo que esta vida esta para disfrutarla, para ver que hay un todo del que debemos hacer uso. Y que también existe una nada esperando de nuestra lógica.
Casi siempre nos empeñamos en entregar nuestra felicidad a algo o a alguien, esperando una respuesta, cuando la única respuesta está en nosotros, en nuestro actuar, en el ser, en el no ser, en el silencio y en las palabras.
Estaremos de acuerdo en que la vida en compañía es más llevadera, compartes tus aciertos y tus fracasos. Pero solo si existe ese compartir mutuo, ese amor mutuo, ese fracasar mutuo.
Si no es simplemente más satisfactorio compartir con uno mismo (aunque en este caso, tanto para lo bueno como para lo malo hay que estar ahí.), o bien con amigos, parientes, conocidos ...
De ahí que te diga que no solo con la reina uno puede ganar la partida, también existen peones, alfiles, torres y caballos que sustentan la continuidad del juego. Por lo que en ocasiones puede ganarse algo que estadísticamente podría parecer perdido.
Hoy agradezco todas las fichas de mi ajedrez, y me felicito por saber que ante un jaque tengo más piezas para continuar luchando.
Así que te invito a no derrotarte antes de tiempo, a que si ves todo el tablero del color de tu adversario pintes sobre sus casillas. Colorea la vida del color que mas necesites. De ese que te haga ver ganad@r aunque la partida se complique.
Hoy al terminar de jugar recupere mi torre.
