Y se acerca el día, pronto ya no estas aquí, ni allí, ni allá ...
Y cambia el color del sol, el olor del viento, la temperatura del cuerpo, y no estas aquí , ni allí, ni allá...
No necesito más que mi respiración, mis músculos, mis extremidades. Mi cuerpo, tu cuerpo, tus manos, sus manos,su olor, nuestras bocas, nuestros besos... Ese baúl donde almacenamos recuerdos, sensaciones, sonidos, visiones...
Y debo alimentarte, cuidarte y mimarte. Pero sobre todo disfrutarte, llevarte a donde el interior del baúl sueña y anhela.
Hacia ese lugar es a donde me llevo, hacia donde guío mi cuerpo, y me concedo el placer del temor, la inseguridad y la búsqueda...
No saber lo que me deparará el mañana en mi zona de confort, no llega a ser del todo cierto, pues pocas cosas pueden variar; los grandes cambios vienen del emprendimiento y la valentía personal.
Despedidas, reencuentros, abrazos y palabras pasaran por este baúl añil que tengo.
Y cuando parta, serás tu, quién regreses a mi mente, y pasará nuevamente esa película en blanco y negro de nuestros momentos.
Buscaré las fotos en mi interior y analizare aquel nosotros, esos encuentros.
Con lágrimas y sonrisas, con tristeza y alegría; pues sí, me reiré, pues agradezco aquello vivido a tu lado, aquello cantado, sentido y compartido.
Y tengo miles de nombres y rostros fotografiados en mi cabeza, pero no todos con la misma intensidad; veo fotos antiguas, quizás realizadas hace poco tiempo, pero perdidas en el recuerdo. Allí puedo ver a quien me ilusionó, a quien me alegró, a quien compartió conmigo un paseo por la playa, una tarde de molinos, un viaje en avión, una caminata larga, una comida de trabajo...
Después están las fotografías a color de amigos o allegados que marcaron especialmente mi vida de una manera positiva, que alegraron mis días. Incluso aquellos que en un breve periodo de tiempo sorprendieron mi alma y acompañaron un sueño.
Aquellas en blanco y negro, son las más apreciadas, generalmente de momentos que marcaron etapas. Esas están grabadas a fuego este baúl añejo.
Hoy se despide mi corazón y mi cuerpo de este frío y lluvioso invierno...
IndhiraR.