Que necesidad tienes de ocultarte?
No mostrar tu encanto, tu luz.
Ya no porque los demás lo disfruten, sino por tu propio disfrute al compartirlo.
Nos saboteamos cada día sin percatarnos que creamos muros infranqueables sin motivo,
preferimos no mostrar cuando estamos felices o las buenas noticias porque somos capaces de considerarlo una falta de civismo, por si nuestro interlocutor lo esta pasando peor en su vida.
Somo capaces de compartir las penas un 30% mas que las alegrías.
¿Y cuál es la razón de que el ser humano no sea capaz de verle el lado positivo a los días oscuros ?
¿Cuál es el empecinamiento en no alegrarnos de la felicidad ajena?
Te contaré que entre un par de razones mas existe el miedo, la envidia y las inseguridades.
En esta vida encontraremos mil piedras en el camino, pero no contentos con eso, inventamos nuevas dificultades, hay cosas verdaderamente inexplicables.
Si alguna vez sufrimos en el amor, de forma muy dolorosa. Si la cicatriz es profunda y solo con un simple recuerdo somos capaces de odiar este sentimiento. En nuestro próximo encuentro con aquel que nos atraiga, estaremos mas que condicionados. No permitiremos que nos hagan sufrir, no apostaremos por el siguiente que aparezca en nuestras vidas.
-No!-No, no, no eso es de adolescentes.
- Con esta edad no me volverán a dañar.!
- Cuidado, ojo! observa...
Y así un sin fin de negativas al sentimiento que mas nos puede enriquecer.
Pero por el contrario por mas que sepamos que los alimentos procesados nos acortan la vida, de vez en cuando "caemos en la tentación". Por mas que conozcamos las consecuencia de las drogas, ya sean duras o blandas, probaremos o nos haremos adictos a ellas...
Así es, preferimos obviar el sentimiento mas puro en todos sus aspectos, tanto hacía nosotros como hacia los demás, aun sabiendo que solo nos hará crecer.
Cuando dejemos de realzar lo negativo, cuando creamos que al mundo no le sobra amor, cuando mostremos nuestra mejor versión de nosotros mismos por el mero hecho de aportar al mundo nuestro gran granito de arena.
En ese momento empezaremos a disfrutar de todas esas cosas buenas que crecen en rincones pequeños.
Hoy te invito a abrir las puertas del deseo sin miedo a que te juzguen. A que sonrías sin creer que puedas parecer débil... Una vez más me gustaría que te dejaras llevar por todo eso que suma en tu vida.
Deseo hacerte pensar y que multipliques tus alegrías y no tus penas, pues siempre estarán, pero con su justa importancia.
Y prometo que, aunque tus fuerzas flaqueen, mientras al mirarte sigas esforzándote en brillar nunca dejaré de escucharte. Mantente encendido!
Sawabona.
